lunes, 3 de enero de 2011

Jewish talk (esto es lo que hay)

Una buena guía para aprender a hablar "judío".

Hay una escena de Seinfeld que resume para mí lo que podría ser la “comunicación judía” por excelencia. El padre de Jerry, que está pasando unos días en Nueva York, llama a un amigo en el Sur de la Florida (donde los viejos judíos norteamericanos se van a retirar), quien reacciona ante el imprevisto telefonazo preguntando con un grito muy judío: “¿Quién murió? ¿quién murió?”. La llamada no era para anunciar el deceso de nadie, sino para pedirle un favor. Pero en el código judío el “Who died?” dice mucho sobre esa forma de comunicarnos que tenemos los judíos bajo ciertos supuestos o presupuestos. 


Esta forma judía de comunicación trasciende la división asquenazí/sefardí. La escena de Seinfeld, que refleja la interacción entre dos judíos típicamente americanos, y probablemente neoyorquinos asquenazíes, podría haber sido protagonizada perfectamente por dos judíos marroquíes o turcos. El código judío, alimentado por una serie de imaginarios comunes que configuran el pensar y sentir judíos, tiene una cierta universalidad que incluso supera las barreras del tiempo. En algunos pasajes de la Biblia y el Talmud, por mencionar dos textos canónigos del judaísmo, encontramos ya algunos pasajes que podrían haber sido escritos por Woody Allen o los hermanos Marx. Por ejemplo, en un intercambio entre sabios alrededor del relato de la Torre de Babel recogido en el Midrash (leyendas o historias que complementan el relato bíblico)  se cuenta, al describir el hecho que Dios “bajó” a ver la construcción de la torre, lo siguiente: “Rabí Shimón ben Yohai dice: éste representa uno de los diez descensos mencionados por la Torá (efectuados por el Santo Bendito sea Él hacia la tierra). ‘Que los hijos del hombre habían construido’ . Ah bueno, y qué habrían dicho, exclamó Rabí Berejia, ¡que ellos eran hijos del asno o del camello!”. 


Hay un pequeño libro intitulado Jewish as a Second Language de Molly Katz  que recoge con humor una serie de situaciones y de diálogos muy informativos sobre el Jewish talk. Pero la comunicación judía también toca otros ámbitos que no solamente se refieren a lo verbal. En distintas ocasiones y lugares, ya sea Canadá, Estados Unidos, Venezuela ó Francia, he constatado que la atención en los lugares judíos donde se vende comida, sean kosher ó no, es generalmente bastante mala. Yo tenía la hipótesis según la cual el hecho que el lugar fuera kosher, es decir apto para el consumo de judíos, influía en el maltrato a los clientes, pues quien debe comer ó comprar allí no tiene muchas opciones. De alguna forma la deficiencia en la atención se expresaría en este idea: “Esto es lo que hay”. Pero no, mi hipótesis resultó equivocada, ya que el mismo tipo de trato lo he observado en sitios que se definen como restaurantes judíos pero que no son kosher. Así lo sentí, por ejemplo, en un lugar que ya no existe en Miami Beach llamado Rascal House. Mi familia y este servidor éramos fanáticos de los desayunos en Rascal, y eso a pesar del trato poco amable de quienes nos servían. Y que conste que a veces nos tocaban meseras filipinas o latinas que ya habían aprendido muy bien el código de la atención judía. A su ritmo (cuando ellas lo querían) y a veces con ciertas malas pulgas, nos servían esos dulcitos deliciosos con una cara que nos decía: “No te quejes que esto es lo que hay”.

5 comentarios:

  1. Esa siempre ha sido mi queja.. ME acuerdo una vez que fui a comprar carne a una de las carnicerias kosher que estan en Caracas ( creo que ya la quitaron por cierto) Y en la nevera de al lado, vacia...pero un par de zapatos dentro... Que desagradable ver esos zapatos ahi.. Facil, se sacan de la nevera y se surte. cual es el problema? La verdad que no fui nunca mas y preferia echarme el viaje hasta San Bernardino...

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  2. Como decía el nazi de la sopa, probablemente judío: No soup for you.

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  3. Néstor:
    Una aclaratoria importante para los que no están familiarizados con la serie de TV Seinfeld. El "soup nazi" era un chef que servía unas sopas deliciosas, pero que maltrataba a sus clientes, y si se "portaban mal" (pedían pan, por ejemplo), ordenaba autoritariamente: "No soup for you". Era peor que las meseras de Rascal, pues este chef terminaba diciendo: "Esto es lo que NO hay".

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  4. si, debes visitar madrid. fui al restaurante judío con un grupo de periodistas amigos para hacerles degustar comida casher. lo primero fue la insistencia por convencernos en pedir el doble de lo que deseabamos, luego le pedi que convinara pinchitos de corazon(que no puedo ni mencionar si sentir ganas de salir corriendo) con los de carne. ¿Cuantos de corazon y cuantos de carne? me grito la dueña/camarera. "No se mitad y mitad le dije", ¿cuantos? insistió cada vez mas enfadada, y luego añadio ¿acaso no sabes cuantos pinchitos hay en una ración, despues de las veces que has venido? Finalmente no quiso servirme el te porque no le habia comprado esa semana la carne a ella y me fui a la carniceria de al lado. Mis amigos prefieren ahora ir a un armenio. esther B

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  5. Mercedes Fuentes4 de enero de 2011, 9:35

    Bueno chicos..tengo que decir que me sorprenden estas experiencias vistas desde fuera...aunque tengo dos amigas que comparten un trauma...su infancia con una madre judía...¡no era la misma madre!, por cierto... Una de ellas vive y a veces nos acompaña en las reuniones...haciéndonos pasar momentos difíciles...y a veces haciendo que su hija no acuda al saber que está su madre...

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