miércoles, 2 de febrero de 2011

De tal palo...

Mi hija Charlotte en su práctica de cine.

Esto de las memorias lo pone a uno sentimental. Uno quiere evitar caer en lo cursi, pero hay ocasiones en que la emoción lo arropa y uno se deja llevar por lo que siente. Más que recuerdo esta emoción es sobre el presente, el que ya va haciendo su camino, independiente de uno, como la vida que sigue, que se expande, y que también se repite. Hoy me emocionaron dos cosas. La primera, es la foto que me envió mi hija desde Montreal. Allí está Charlotte frente a una cámara 16 mm filmando sus primeras pruebas del curso de cine en el programa de comunicación en la Universidad Concordia. La segunda, el mensaje de mi sobrina Angie Benitah contándome que hoy había firmado el acta de graduación de Comunicadora Social de la Universidad Católica Andrés Bello. La vida se expande y se repite.


Esto de la comunicación es algo que se nos va convirtiendo en costumbre. Mi hijo Alessandro también estudia comunicación, y ya me ha dicho que le interesa el tema de la salud ó posiblemente explorar el área de las relaciones públicas. Gabriel, mi hijo mayor, estudió diseño gráfico, lo que también lo afilia con el mundo de los comunicadores. Era casi inevitable. Cheryl también es comunicadora, con experiencia en televisión y en publicidad. Y yo he estado en esto desde que tengo 18 años, primero en el periodismo, después en las comunicaciones corporativas, y como ya conté por allí, en las comunicaciones para/sobre la salud. 


La foto de Charlotte me trae el recuerdo de esas noches en casa de mis padres en Las Palmas, filmando con el equipo de SOMNUM , ó aquellas sesiones de radio entre el absurdo y el surrealismo que hacíamos en casa de Luis Parada (¿dónde habrán quedado esos casetes?). O los encierros en el cuarto oscuro de la universidad, cuando nuestro profesor de fotografía Jruscovek nos exigía que abriéramos la puerta, pues creía que no sólo estábamos revelando negativos. Un amigo, que no estudiaba comunicación y que tenía una novia que sí estaba en la carrera, me dijo una vez que lo que más le llamaba la atención era que los que estaban en comunicación se divertían un montón. Eso de andar con una cámara por allí inventando historias, haciendo entrevistas, las largas horas de edición de videos, los reportajes, la creatividad con la adrenalina y las hormonas de la juventud era puro disfrute. Es probable que los que estudian medicina ó ingeniería sientan algo parecido, pero no estoy seguro que sea lo mismo.  


Hay en esto de la comunicación, ya sea en una redacción de periódico ó en una agencia de relaciones públicas, una tensión, un estrés, que se termina convirtiendo en algo adictivo. Corremos siempre contra el reloj, estamos deslumbrados por la actualidad, que es más que la simple noticia, la simple rutina, porque pensamos, a veces de forma equivocada, que tenemos entre las manos algo trascendente. Estoy seguro que algo de esto le transmitimos a nuestros hijos y a nuestra sobrina. Algo de eso ha hecho que la vida se expanda, y en cierta medida se repita.   

2 comentarios:

  1. Se te olvido mencionar a Chester, otro comunicador en la familia y tu cuñada Veronica.

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  2. Hola amigo,entiendo lo que estas sintiendo, porque estoy experimentando esas mismas emociones. Felix A. fotografo y muy bueno por cierto y Claudia estudiando Periodismo, es increible, siento en ellos una extension de mi propia vida, es maravilloso. Viendo sus trabajos, sus exposiciones, sus comentarios, sus impresiones y experiencias, siento mis anos de universidad. Es sencillamente fantastico!!!!
    Un beso y felicidades por esos hijos bellos y talentosos!!!!

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