domingo, 19 de diciembre de 2010

Lágrima

Borroso pero vivo recuerdo de tiempos felices.

La foto que ilustra esta nota es borrosa como borrosa es la memoria. Allí salgo yo (en el extremo derecho). La tercera de izquierda a derecha es mi prima Sara Serfaty Cohén (Z’L), quien nos dejó esta mañana. La foto en realidad es una vieja toma en Super 8 que filmó mi tío Jaime Serfaty Laredo (Z’L) el día del Bar Mitzvá de su hijo Salomón Serfaty Cohén (Z’L). Recuerdo que la fiesta fue en la casa de mi tío en Las Mercedes (Caracas), una casa que para mi siempre fue un lugar especial. Tenía unos jardines que me resultaban inmensos, y una mesa de billar en la que todos los sobrinos nos iniciamos en el juego de las carambolas.


En este fin de annus horribilis las noticias tristes se han sucedido en lamentable secuencia. La partida de mi prima Sara ha sido una dura estocada. Ella era una optimista que nos contagiaba su alegría de vivir, incluso a los más pesimistas como yo. Había en su mirada una chispa que, además de inteligencia, revelaba un gran amor por su familia. Cada vez que nos veíamos nos transmitía una energía positiva, una energía que mantuvo incluso en los momentos más duros e ingratos. Sara fue una heroína en el pleno sentido de la palabra, como un héroe fue también su hermano Salomón. Estoy hablando de un heroísmo de lo cotidiano, anclado en la realidad, sin concesiones frente a la adversidad. Los dos lucharon como valientes contra la enfermedad y la desesperanza.  No puedo recordarlos sino con una sonrisa, con ese sentido del humor tan particular de los dos. Siempre tenían una ocurrencia, un comentario que le ponían sabor a las reuniones familiares.


Sara tenía una vena creativa que le venía de sus padres. Su mamá, Estherina Cohén de Serfaty (Z’L) era una pintora inspirada que nos dejó unos magníficos retratos de personajes históricos del pueblo judío. Una réplica de su retrato de Golda Meir está en casa de mis padres en Caracas, un retrato que impresiona por la profundidad en la mirada de la líder israelí que logró plasmar magistralmente la artista. Su papá, mi tío Jaime, era un poeta y compositor entusiasta, de tendencia romántica, cuya principal musa fue su amada Estherina. Sara también escribía, pero sobre todo pintaba, algo que descubrí más bien recientemente por esas cosas del Facebook, donde colocó algunas fotos de sus creaciones, cuadros figurativos donde juega con la geometría de cuerpos humanos y colores intensos. 


La casa de mi tío Jaime era un lugar de acceso a la modernidad. El tenía un especial interés por la innovación, particularmente por la innovación en la electrónica, el sonido y la imagen. En Tetuán tuvo una tienda de discos donde los jóvenes iban a escuchar el Cha-cha-chá y el Twist. El primer Betamax que tuvimos en casa era de los que importaba mi tío Jaime de Japón. El fue uno de los primeros que tuvo una antena parabólica en Caracas, lo que lo puso en sintonía con las noticias del mundo, que nos comentaba y analizaba como el mejor de los periodistas. Mis primos Sara y Salomón también heredaron este sentido cosmopolita de mi tío. Siempre manifestaron gran interés por los grandes temas que afectaban a la humanidad, y tenían un sagaz sentido de la política que desmenuzaban con pasión.


Estos recuerdos, como ese cuadro borroso de Super 8 filmado en 1971, me retrotraen a una época y a un país llenos de las ilusiones de la infancia y la juventud. Me llevan a esa casa de Caraballeda que mis tíos alquilaron para pasar los fines de semana con mi abuelo Salomón Serfaty (Z’L), buscando levantarle el ánimo después de que enviudó de su amadísima Sara (Z’L), mi abuela materna. Me devuelven al campo de golf donde los pequeños íbamos dándole a una pelotita blanca sin mucho sentido de lo que estábamos haciendo, pero inmensamente felices por jugar y estar juntos. Me ponen enfrente el bello rostro con la sonrisa iluminada de mi prima Sara, de bendita memoria, de bendito recuerdo.  

3 comentarios:

  1. QUERIDO EMILIO ,QUE ACERTIVA Y OPORTUNA NOTA DE RECUERDOS IMBORABLES EN LA MEMORIA DE LOS PRIMOS SERFATY QUE EN CARACAS CRECIMOS ,HOMENAJE A NUESTRA INOLVIDABLE SARA SERFATY COHEN Z.L. UN FUERTE ABRAZO.

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  2. Querido primo, no hay palabras tan magistrales como las tuyas para describir, momentos, épocas, personajes, seres tan queridos que nos dejaron este inmenso vacío, este sentimiento de perdida.
    Gracias por recrearme por un instante, lo que como tú mismo dices, se borra en el tiempo!!!!
    le arrancaste con tu saber y tu prosa hermosa,un pedacito al pasado y honrraste a nuestra tan querida sara, mi reinita, con los pasajes de un ayer a donde no es tan sencillo llegar, pero delatan la mas pura, hermosa y a la vez dolorosa realidad.
    Mercedes Serfaty

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  3. Emilio, leyendo tu articulo me invade una profunda tristeza, por un lado recordando a Tito Jaime y Tita Estherina, Salomon y Sara que se fueron según nuestra percepción tan temprano pero solo D-os conoce sus cuentas y el porque se los llevó, solo me queda reconfortarnos diciendo que su misión en este mundo ya había terminado con lo que nos toca a nosotros recoger sus legados y enseñanzas y transmitirlas a todos los que nos rodean como forma de mantenerlos entre nosotros. Por el otro la tristeza de como nuestra maravillosa rama Serfaty se va apagando poco a poco.

    Un Abrazo

    Emilio

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